A partir de este año, en Perú, se tomarán en cuenta como agravante del delito de homicidio los móviles de intolerancia o discriminación por orientación sexual e identidad de género, entre otros, de acuerdo con el decreto legislativo 1323, ratificado por el presidente Pedro Pablo Kuczynski, el premier Fernando Zavala, la ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello y la ministra de la Mujer, Ana María Romero, que modificó el artículo 46 del Código Penal de la nación andina.
Dicho código señalaba como un agravante “ejecutar el delito bajo móviles de intolerancia o discriminación de cualquier índole” pero no especificaba cuáles eran dichos móviles. Además de la identidad de género y la orientación sexual se agregaron el origen, raza, religión, sexo, idioma, identidad étnica o cultural, opinión, nivel socioeconómico, condición discriminatoria, discapacidad, condición de salud, factor genético, filiación o cualquier otro motivo.
De igual manera se modificó el artículo 323, referente a la discriminación y a la incitación a la misma, para agregar los términos orientación sexual e identidad de género como posibles causales para que un tercero menoscabe los derechos de una persona o un servidor público, en este último caso, la sanción es más estricta, pues incluye la inhabilitación.
En declaraciones a medios de comunicación locales, Verónica Ferrari, activista lesbiana e impulsora de la acción #ConlaIgualdadNoTeMetas, que se creó en respuesta a la campaña de los fundamentalistas religiosos #ConMisHijosNoteMetas, que criticaba el currículo escolar que promueve la igualdad, explicó que “el movimiento LGBTI ha luchado más de 30 años porque la orientación sexual y la identidad de género sean consideradas agravantes en delitos de discriminación. Un marco legal que nos proteja y garantice nuestras vidas es fundamental para el reconocimiento de nuestra ciudadanía”.
“(Con esta declaratoria) lo que nos está diciendo el gobierno es: ustedes son peruanos y hasta el momento no tenían las mismas condiciones de vida que los demás, queremos que eso ya no suceda más. Esta es una batalla cultural que se ha ido ganando de a pocos porque está basada en la realidad, pero en un país conservador a la gente le cuesta aceptarlo. Y aunque muchos hayan querido negarlo y hayan hecho hasta los imposible (negar nuestra existencia) para conseguir que no se nos proteja, está dentro de los marcos nacionales e internacionales de los derechos humanos. Lo que está haciendo el Perú es alinearse al llamado de la historia”, añadió Ferrari.
De acuerdo con datos de diferentes organizaciones de la sociedad civil de Perú , con trabajo en defensa de derechos de personas LGBTI, entre 2008 y junio de 2016 se habían registrado 99 crímenes de odio por identidad de género u orientación sexual en la nación andina.
Con información de El Comercio